Reseña: Solo para fumadores, de Julio Ramón Ribeyro
Aunque parezca increíble, llega a suceder que nombres en la literatura pasen desapercibidos incluso en un grupo a fín a la misma.
Julio Ramón Ribeiro, fue un escritor peruano. Cuya obra se basa principalmente en el cuento o relato. Su relato más conocido, titulado Los gallinazos sin plumas. Podría interpretarse como una clara crítica al sector más marginado del Perú. Aquéllas personas que por falta de incluso un techo, no tienen otra alternativa que la indigencia o tener como único sustento lo hallado en la basura de los mejor ubicados en la escala social.
Un lugar muy mencionado en los relatos de Julio Ramón Ribeiro es el distrito de Miraflores. Siendo uno de los 43 distritos que conforman la provincia de Lima. Ribeyro en su relato Solo para fumadores. Nos habla de un personaje llamado Panchito, un hombre con enanismo, cuya infancia sería un infierno debido al rechazo y repudio recibido por los mejor posicionados; Panchito llama la atención por su peculiar estilo de vestimenta y servicialidad para con aquéllos jóvenes artistas provenientes de Miraflores(Distrito que entra en las altas esferas del país)
Solo para fumadores: es uno de los tantos relatos en dónde el autor lleva la figura del escritor como protagonista de la historia. En este, en forma de relato autobiográfico. Conocemos la historia de un escritor que tiene como mayor debilidad, el consumo excesivo de cigarrillo.
Durante todo el relato somos testigos de como desde su etapa escolar prueba su primer tubo de nicotina. Hasta que finalmente esto se convierte en no solamente una adicción. Si no en un hábito arraigado a cada una de las actividades de su vida.
Destaco las referencias presentes en el relato sobre escritores de renombre. A los cuales Ribeyro les saca en cara el jamás haber escrito nada referente al hábito de fumar.
"Los escritores, por lo general, han sido y son grandes fumadores. Pero es curioso que no hayan escrito libros sobre el vicio del cigarrillo, como sí han escrito sobre el juego, la droga o el alcohol. ¿Dónde están el Dostoievski, el De Quincey o el Malcolm Lowry del cigarrillo?"
De hecho, las referencias literarias serán un aperitivo extra que el escritor nos dejará en algunos de sus relatos.
La solución: es otro relato en dónde su protagonista es nuevamente un escritor. Relato de hábil estructura en dónde su narración se sostiene en los diálogos de sus personajes. Durante una reunión de amigos. Un escritor perteneciente a este círculo es abordado para que hable sobre lo último que ha escrito o lo que se encuentra escribiendo.
Pronto el relato del que habla el personaje principal, adquiere tal grado de intriga, que sus puentes no desean más que conocer como será la resolución del mismo.
Mis respetos para Ribeyro, porque no es nada sencillo crear suspenso y mantenerlo durante toda la narración. Este relato está tan bien ejecutado. Que algo parecido solo lo había observado en autores como Honore de Balzac, Dostoievski, Daphne Du Maurier o Arthur Conan Doyle.
Ausente por tiempo indefinido: es junto a Los gallinazos sin plumas. Los dos mejores relatos que hasta el momento de escribir esta reseña, he llegado a leer del escritor peruano.
La premisa es igual de sencilla a las anteriores mencionadas. Un joven escritor que cierta mañana se despierta con la sensación que está echando por la borda su vida. Desde hace dos años vive entregado a los excesos y el hedonismo. Reflexionando, recuerda que desde su salida de la universidad. Solo ha logrado escribir una página de la que sería su primera novela. Asi que decide escapar de sus malas amistades para refugiarse en un lugar en dónde pueda dedicarse a escribir.
Otro grandioso relato donde podemos observar todo lo que conlleva el proceso creativo en la escritura. Desde la misma inspiración, el lugar adecuado para escribir a gusto, los bloqueos del escritor y, una vez concluida la obra. Toda la espera para llegar a ser publicado por una editorial o ganar un concurso literario.
Los gallinazos sin plumas: en muy pocas ocasiones una lectura ha logrado socavar tan hondo en mi fuero interno. Al punto de dejarme como un mismo lastre humano tras concluirla.
Los gallinazos sin plumas más que un relato es la cruda visión de una situación de la vida real. La indigencia podría considerarse uno de los eslabones más bajos de una sociedad. Hasta que descubres que existen condiciones más inhumanas. Personas que para subsistir, literalmente deben comer de la basura.
Este relato nos cuenta la historia de Efrain y Enrique. Dos niños que deben diariamente buscar entre la basura misma, la comida para un cerdo al cuidado de su déspota abuelo.
Solo recuerdo una sensación igual con relatos como La pobre Eréndira y su abuela desalmada -que curioso, otro octagenario sin sangre en las venas como villano-, del colombiano Gabriel García Márquez.
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