Reseña: Estrella distante, de Roberto Bolaño.

 


Me remontaría hacía el dos mil dieciocho, sin miedo a equivocarme.
Sucedería en la biblioteca que frecuento desde hace ya mas de cuatro años; mi amigo Álvaro Pino, en uno de sus acostumbrados recorridos por los estantes de la biblioteca, colocaría en mis manos la novela "estrella distante", de Roberto Bolaño. Te recomiendo su lectura, me diría.

Pasarían años para que finalmente, tras recordar tal recomendación y estando precisamente de visita en la biblioteca, prestara la novela.
Pero tengo la estulta costumbre de indagar primero, leer premisas, preguntar impresiones, cuando voy a leer a un nuevo escritor.

Betzabeth Neglia, amiga de hace años, docente y lectora fiable opinaría respecto al autor chileno lo siguiente: Bolaño es un escritor, que se siente como amigo de uno cuando lo lees.

El mismo Álvaro pino confirmaría lo anterior, pero con una descripción explícita: no sé porqué pero cuando leo a Bolaño es como si un amigo me contara una historia en un bar.
Te juro que él toca temas complejos pero con un lenguaje tan simple que es impresionante.

Es así como inicié con la que sería mi primera incursión en la literatura chilena, una nueva experiencia en lo referente a autores latinoamericanos.
Y lo corroboro, Bolaño tiene una capacidad en su narrativa para dejarte inmerso en ésta; si, trata temas que para el lector común o poco acostumbrado resultarían difíciles de comprender, pero descritos de una manera diáfana, afable e inequívoca.
Al menos en lo personal, solo en pocas oportunidades tuve la necesidad de consultar el diccionario.

Situándonos exactamente en Chile durante los años 1971-1973 periodo en el que Salvador Allende estaba en el poder; ocurriría el golpe de Estado, mismo que lo derrocaría; existiría censura contra el arte, la cultura y toda muestra ajena a los ideales de la dictadura;
Se declararía ilegal y proscrito al Partido Comunista y Socialista.

Estos hechos, junto a la inclusión de otros escenarios y locaciones europeas, además de un vínculo al género policial, serán narrados en primera persona, en base a apreciaciones, vivencias y relatos de terceros, bifurcándose así la narración. Lo que otorgará al lector una experiencia de relato personal y fragmentado por momentos.
De ésta forma se desviara el enigma de crimen, ante poniéndose anécdotas de otros personajes.

Tal como señala María Paz Oliver en su ensayo sobre esta novela: Digresión y subversión del género policíaco.

En conclusión, un grato descubrimiento. Si todas las obras que se leyeran producto de una recomendación dejasen tal estado de júbilo y no la infructuosa sensación que le ocurre a muchos, fuésemos mas los lectores.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Reseña: las intermitencias de la muerte, de José Saramago

Cormac Mccarthy: crudeza, desesperanza, maldad y reflexión

Reseña: Final del juego, de Julio Cortázar