Reseña: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

 


Varias fueron las opiniones sobre esta novela que recibí en su momento, antes de poder leerla.
Muy presente tengo una que afirmaba que, cómo era posible considerarla una distopia cuando prácticamente no se toma el trabajo de ahondar en dicha sociedad antiutopica; por mencionar unos ejemplos donde si se hace hincapié en ello, serían las conocidas "1984" con su opresión y totalitarismo, o, también, el falso Edén, libre de elucubraciones propias y emociones, mostrado en "Un mundo feliz".

Basándome en ello, pienso que Fahrenheit 451, nos plantea un tipo de dictadura dedicada principalmente a fraguar la estupidización de las masas, a través de no solamente la prohibición. Si no, en la erradicación absoluta del aprendizaje e intelecto por medio de la quema de libros.

Como es sabido, un libro simboliza saber, conocimiento y juicio propio. Y esto, a los gobiernos con intención de perpetuarse en el poder(oligarquías, dictaduras, regímenes, etcétera) no les conviene.
Aquél en la cima solo espera tres cosas de la masa: obediencia, lealtad y sumisión.
Sin embargo, entre mas avanzas en la lectura de esta novela, ese engranaje de reloj suizo o mundo feliz, en que se ha convertido la sociedad, se expone muy escueta o nulamente. A través de algunos diálogos entre ciertos personajes, el lector se hace una idea del por qué, pero no del cómo.

"Entonces todos son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. ¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resistiría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas fueron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero (la otra noche tenías razón en tus conjeturas) ya no hubo necesidad de bomberos para el antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores. Censores oficiales, jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso soy yo."

La distopia expuesta por Bradbury, a diferencia de obras como "Rebelión en la granja", por medio de la sátira, o,"1984", a través de la crítica social. Queda en deuda al momento de ser descrita a fondo. Entonces, con lo poco esclarecido, el lector deberá indagar en ello para hacerse una idea mas concreta.

"A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. Escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón ¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Serenidad, Montag. Líbrate de tus tensiones internas. Mejor aún, lánzalas al incinerador, ¿Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también, Cinco minutos después de la muerte de una persona en camino hacia la Gran Chimenea, los incineradores son abastecidos por helicópteros en todo el país. Diez minutos después de la muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio."

En el aspecto literario, dista muchísimo de otras obras con contexto similar, tales como: "El cuento de la criada", de Margaret Atwood o "Un mundo feliz", de Aldous Huxley.
Bradbury excede en la brevedad cuando se requiere difusión, y en la extensión cuando es necesaria la ligereza. Olvida la construcción o desarrollo de sus personajes. Narrativamente es un vaivén de momentos sosegados contra otros enfebrecidos. La idea central palidece y la forma cojea.

Voltaire dijo: Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto; porque el espectador lo perdona todo menos el sopor.

Y pienso que Bradbury falla en mantener tanto el interés cómo la exactitud. Supongo que, al tratarse de un género en el que deben intervenir tantos factores y coyunturas. El resultado final fuese una novela con una premisa sumamente interesante, que por momentos intenta explotarse, pero sin lograrlo.

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