Reseña: Misery, de Stephen King

 

Sin palabras he quedado al leer esta nueva novela de Stephen King. Muy superior a las anteriores leídas del mismo autor y, que podría calificar como imprescindible para todo aquél interesado en conocer su obra.

Una vez iniciada la lectura King consigue una atmósfera opresiva y claustrofobica al llevar la narración a una perspectiva de primera persona; lograr transmitir la zozobra, confusión, miedo y ansiedad de una persona que acaba de sufrir un accidente automovilístico: sumando al hecho que, dicho personaje se hallaba en estado de alicoramiento. Para finalmente, ser un entorno gélido a causa de una tormenta de nieve, el lugar donde ocurriera el suceso. Conceden al inicio del relato una sensación sumanente atosigante.
Hablamos de pocos párrafos en los que no se nos describe un choque de auto, nada de eso. Sino la travesía que afronta el accidentado a través de su psiquis: tratar de poner las ideas en orden, reconocer lo delicado de su situación,  percibir ruidos y sensaciones. Para finalmente, quedar absorto en recuerdos de infancia, como resignandose a su inexorable final.

Misery consta de únicamente dos personajes. Estos, gracias a un impecable trasfondo y desarrollo, serán quienes con sus vicisitudes lleven el peso del gran porcentaje de la novela.
Paúl Sheldon, escritor reconocido gracias a su saga de best-sellers. Quien literalmente, se salva de morir en las brasas para terminar cayendo en la sartén.
Ahora en un estado de convalecencia deberá sobrevivir gracias a su pluma, al escribir una novela por pedido de una psicópata.

Annie Wilkes, mayor atractivo tanto del libro como de la adaptación cinematográfica, encarnada por la siempre extraordinaria Kathy Bates(llevándose gracias a este papel el Óscar y globo de oro como mejor actriz en 1990) será quien irónicamente, salve a Paul Sheldon, al rescatarlo de morir tras este sufrir un accidente automovilístico. Pero a su vez, será la encargada de hacerlo vivir su peor pesadilla.

El cuidado que tuvo King para la construcción de sus personajes es tan notable, que al hacer una comparación con otra de sus mas célebres obras. Misery en mi opinión, merece toda la pleitesía, mientras que El resplandor debe su fama a la aclamada película de Stanley Kubrick(por mucho que King reniegue de la misma es indudable la meritocracia que obtuvo una novela, a mi parecer, sobrevalorada)

Por mencionar un ejemplo: en El resplandor, gran parte de la novela gira en torno al personaje de Jack Torrance: un escritor, alcohólico y cuestionable padre de família.
Personaje que aunque no carezca de interés, llega a hacerse repetitiva su pesadumbre por la ausencia de inspiración y lucha por evitar recaer en la bebida.
Quedando eclipzados el resto de personajes: el hotel Overlook, la esposa Wendy-un personaje incluso mas interesante en sus escasas participaciones- y Danny, al que se debe el título del libro.
Por otra parte, y resaltando que mientras en la anterior obra su descomunal apartado daba para explotar una  idea mas lograda. Su autor prefirió enfocarse en un único personaje. En Misery King da una cátedra de escritura: personajes bien elaborados, trama que en  ningún momento decae y momentos de completa angustia, tensión y horror.

Invito a los lectores de esta reseña imaginarlo: hallarse con ambas piernas vuelta añicos, separados de cualquier población por kilometros y estar a merced de una demente para ser víctima de los mas innombrables suplicios y vejaciones.

¿Tétrico, cierto?

Ahora, como si de un juego macabro se tratase, sumenle a la anterior situación el estado mental al que llega a ser sometido  Paul, al reducir su diario vivir a la monotonía, el aburrimiento y aquello que le permite mantener su cordura: escribir.
Finalmente, añadan a este desquiciado juego el hecho que, no siendo suficientes los castigos psicológicos, torturas físicas, estados  de convalecencia y períodos de recuperación. El escritor además, va perdiendo partes de su elemento mas preciado, aquel que le otorga su escape de la cruda situación que lo envuelve. La máquina de escribir. 

Aunque sobre el papel Paul Sheldon(sin desmeritar a tan extraordinario personaje)sea tanto protagonista como el narrador de la trama. Es indudable que Annie Wilkes se lleva los honores con contundencia.
La maraña retorcida, lúgubre, caótica y ante todo implacable que conlleva la psicología de su personaje. Fácilmente -y no me extrañaría sinceramente- podría ser objeto de estudios forenses y transtornos mentales.

King ha afirmado que Misery fue escrita durante uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando lidiaba con su fuerte adicción a las drogas. En una entrevista dijo: “La escribí cuando estaba pasando un mal rato con la droga. Sabía de qué estaba escribiendo, no había pregunta. Annie era mi problema de adicción y era mi fan número uno. Dios. No se quería ir".

Conclusión
Hasta el momento de esta publicación, Misery pasó a convertirse en mi cuarta experiencia en el universo Stephen King(ahora tengo en la mira Carrie, que trae tras de si, la anécdota de haber sido salvado su manuscrito por sugerencia de la esposa de King; después que este no hubiese dado un peso por el mismo)
Y personalmente aguardo que las próximas novelas de su autoría que tenga la oportunidad de leer, cumplan con su propósito nada pretencioso. Otorgar al lector horas de ensimismamiento e inolvidables momentos prendido al asiento.



Puede que sea pedir mucho. Pero, la idea de tener una fan número uno que lea mi blog, así sea casualmente. . . Mejor sigo escribiendo.