Reseña: Otra vuelta de tuerca, de Henry James

 

Publicada por primera vez a finales del siglo XIX e inscrita dentro del género de novela gótica.
La lectura de Otra vuelta de tuerca, reavivó mis experiencias pasadas con lecturas como Rebeca, de Dafne Du Maurier y Cumbres borroscosas, de Emily Brönte; lecturas donde se vislumbra un recurso en común: Aquél donde el lugar donde se llevan a cabo los acontecimientos pasa a ser un personaje mas dentro de la narración.
Sin embargo, he de confesar que distan muchísimo las sensaciones de satisfacción que llegué a sentir con las obras anteriormente mencionadas. Respecto a esta que sin extenderme en demasía, y en pocas palabras: desaprovecha una avasallante premisa.

Henry James ha sido todo un descubrimiento debido a mi desconocimiento absoluto tanto de su obra como del escritor en sí; suele ocurrir que aunque no se haya tenido la posibilidad de leer x o y obra. En ocasiones, si hace parte de nuestra cultura general alguna curiosidad o dato sobre este u otro escritor.
Ejemplos abundan:
Los escritores fantasmas de Alexander Dumas(padre), La agitada vida de Fedor Dostoievski, los seudónimos de Fernando Pessoa, la afición a la astronomía de Allan Poe, la absurda muerte del dramaturgo Esquilo, Dickens y su amor por la actuación, la proactiva actividad como escritor de Balzac, etcétera.

Ya centrandonos a lo concerniente a Otra vuelta de tuerca. Novela que aunque cuente con elementos de terror: los poco atractivos diálogos, sus personajes carentes de simpatía(sin mencionar el nulo desarrollo de estos) y el excesivo suspenso en gran porcentaje de la obra. Dan como resultado una lectura que emplea mal la consecución de una narración mas fluida.
Siendo esto último mas notorio en ciertas partes de la novela, donde el autor exagera al hacer gala de frases muy elaboradas y párrafos que podría haber depurado.

Como mencioné al inicio esta novela tiene la exquisita caracteristica de lograr convertir al lugar donde acontecen los hechos en un personaje mas de la trama.
Mayormente atmosférica, durante parte del relato, cada habitación, cada ventana, cada esquina, cada paraje o cada locación. Estarán cargados de una opresiva, paranoica e inquietante sensación de estar en constante asedio por algún espectro o ente paranormal.
Cabe señalar que esto acontece en los momentos de mayor clímax en la narración. Dejando el resto del relato en una interminable sucesión de diálogos que tienen como única tarea el perpetuarse.

Conclusión
Aborde esta lectura teniendo presente que se trataba de una obra que contaba con mas de un siglo de publicación.
Tenía presente las gratas experiencias con otros autores del género gótico como E.T.A. Hoffman y Shirley Jackson.
Pero al final, la impresión que me queda es de una novela con potencial malogrado.