Reseña: La llamada de la selva, de Jack London


La novela inicia situando al lector en la época de la fiebre del oro, fenómeno social que acontecería durante los años 1848 -1855. Caracterizado mayormente por el masivo arribo de inmigrantes a los Estados Unidos. Más exactamente a las cercanías de San Francisco. Un pueblo de California, que junto a otros dos con similares características: Sacramento y Stockton. Pasarían a convertirse de pequeños y soñolientos poblados a prósperas ciudades.

El sello de London impregna las páginas con su austera y directa narrativa, que invita al lector desde el vamos a quedar inmerso en la historia que nos desea narrar; De igual forma que en Colmillo blanco, un perro repite el papel de protagonista. Buck es un cruce entre San Bernardo y Scotch collie. Que vive plenamente en una finca que pertenece al juez Miller. Lugar de ensueño en dónde convergen pastizales verdes, huertas, sembrados, establos, etc. El hombre cohabitando con la naturaleza.
Buck, es un perro que vive plácidamente en esta finca junta a sus dueños: el juez Miller y su familia. Cierto día, tras confiarse en el ayudante de jardín, pasa a ser raptado. Iniciando así lo que sería su odisea. Una que estará marcada por los obstáculos, el sufrimiento, el dolor y ante todo, el aprendizaje.

Jack London es un fabulador nato. Sus obras tienden a tener a la aventura y la acción como principales recursos narrativos. La ambigüedad de los perros protagonistas de dos de sus novelas más populares, son un lenguaje que puede tener varias interpretaciones.

Colmillo blanco nos narra la historia de como un lobo pasa de un entorno salvaje, errático, truculento y violento. Dónde lo predominante era la ley del más fuerte: perro de entorno hostil, usado incluso para la entretención en peleas callejeras. Pasa a convertirse en la viva representación del mejor amigo del hombre. Simpatizando con los humanos y pasando a vivir en un entorno urbano.
Por su parte en La llamada de la selva, tenemos al perro Buck, cruce entre un San bernardo y Scotch collie. Razas de perros usualmente arraigadas a la vida del campo para así usarse en el pastoreo, la conducción del ganado o inclusive como perros rescatistas; sin embargo, el perro Buck pasa de una vida confortable en el campo, dónde su mayor pasatiempo eran las largas caminatas y la cacería. Para ser lanzado a un entorno más crudo y gélido como lo es la tundra canadiense en plena fiebre del oro. Buck, sería lo opuesto a Colmillo blanco. Debido a que pasa de tener una vida tranquila en el campo, habituado a la convivencia con el ser humano. Para ser instalado en un ambiente en donde no existe paz o descanso, además de estar exponiendo la propia integridad.
Eventualmente el perro Buck, despierta aún más su lado salvaje, arraigado en los instintos de todo animal domesticado. A través del mítico rito del aullido que expresa el dolor de generaciones de antepasados. Además del dolor, se hallaba el temor y el misterio ante el frío y la oscuridad.
El garrote del hombre de suéter rojo, la muerte de la perra Curly a manos de un perro lobo esquimal o la emboscada del campamento por parte de lobos. Son experiencias que sirven como aliciente para el despertar de la inexorable naturaleza oculta de nuestro protagonista.

Lo que más aplaudo de esta novela es el trasfondo histórico que se nos va desvelando mientras va avanzando la trama. La fiebre del oro que podría considerarse un acontecimiento exclusivo de los Estados Unidos y Canadá. En la novela queda retratado como al frío norte llegaron hombres de todas partes del globo: hombres cargados con sueños en sus hombros o enfermos por la avaricia.
Solo para 1897, entre mitad de julio y el primero de septiembre, se registra que unos 25.000 argonautas intentaron entrar en la región del Yukón. De estos, fracasando la mayoría.
Para la primavera de 1898 llegaron 100.000 más a través de los distintos caminos que conducen a  Klondike; a pesar de las reiteradas advertencias de veteranos que aconsejaban no aventurarse hacía el norte con menos de 600 dólares. Cuánto más dinero sería mejor. Mil dólares apenas serían suficientes. Pero igual hubieron aquéllos espíritus aventureros que no se desanimaron por no poseer la suma requerida.
El mismo Jack London, autor de esta novela. También se vería seducido por la fiebre del oro. Enfermando de escorbuto.

En la foto: La fiebre del oro empezó cuando George Carmack llevó al banco la funda del rifle llena de metal precioso.

El servicio postal en trineo de tiro era el único medio de comunicación existente en territorio tan recóndito y olvidado por la mano de Dios. Actividad que era inclemente y agotadora tanto para hombres como para los animales.

"Todas las noches atendían de primeros a los perros: comían antes que sus conductores y ningún hombre buscaba su ropa de dormir sin haber revisado las patas de los que tenía cargo; más, a pesar de todo, las fuerzas se les fueron acabando. Desde el comienzo del invierno habían viajado mil ochocientas millas, arrastrando trineos a lo largo de tan fatigosa distancia; y mil ochocientas millas se hacen sentir en la vida del más rudo."

El uso de perros de trabajo en las regiones árticas se remonta a por lo menos 4.000 años atrás.

Luego de más de mil ochocientas millas recorridas en el correo. Buck y compañía son desechados cual fuesen trapo sucio. Exhaustos y delicados por causa de las extensas jornadas de trabajo. Los perros pasan a manos de unos dueños muy peculiares, ajenos a cualquier experiencia en el trato de canes o conducción de trineos.
Más muertos que vivos a falta de un descanso reparador, más que merecido. El equipo regresa al trineo en medio de expectativa, irritabilidad y un cansancio atroz.
Los últimos dos capítulos muestran una ambivalencia en el carácter del perro Buck. Primero, por el constante y atractivo llamado de la jungla. Reclamando su instinto primordial, su lado más salvaje. Segundo, por finalmente conocer el amor verdadero hacía un ser humano; quedando este sentimiento más que claro en distintas ocasiones: cuando le desgarró la garganta a un borracho busca pleitos que se atrevió a agredir a su amo en una cantina; al salvarle la vida cuando el amo fue arrastrado rio abajo por corrientes violentas, exponiendo así su vida o; al conseguir una gesta irrealizable, cuando logró tirar solo de un trineo cargado con un peso de mil libras.
La figura de Buck adquiere pronto el título de leyenda en Alaska. Siendo mineros, empleados del correo, conductores de trineo y adiestradores de perros. Los principales difusores de sus hazañas.

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